El Rastro de Madrid es el mercado callejero que se celebra los Domingos en el castizo barrio de La Latina.
Con más de 300 años de historia, ha sido lugar de encuentro para la compra-venta y trapicheo de todo tipo de artículos.
Su nombre proviene de la cercanía al matadero (Ya extinto matadero del cerrillo), en el cual las reses muertas dejaban un rastro de sangre bajando por la calle rivera de curtidores. De aquí nace el castizo tapeo de casquería.
1985
Plaza del Campillo del Mundo Nuevo
1969
Calle Ribera de Curtidores
2004
Plaza General Vara del Rey
1960
Calle Carlos Arniches
1972
Ribera de Curtidores
1998
Calle Santa Ana
El Rastro tiene más de 1000 puestos y divide su género de productos por zonas: Antigüedades en la Plaza General Vara del Rey, artículos de coleccionismo y regalo en Rivera de Curtidores o ropa en Plaza de Cascorro, el corazón del mercado, donde se encuentra nuestro puesto.
El Rastro es una filosofía, una manera de ser y de estar en la ciudad que trasciende las modas y el paso del tiempo.
Es un símbolo de Madrid por dónde han pasado y continuan todo tipo de estilos de vida como la cultura gitana o la movida madrileña. Todas ellas han encontraron en este precioso mercado un modo de vida.
Se dice que todo lo que podamos imaginar, absolutamente todo, si no aparece algún día en El Rastro es que no existe.
Doberman Madrid
Y así aparecimos nosotros, en este precioso mercado,
Doberman Madrid nace de la tradición generacional, pasó a nuestras manos de manera familiar, como se hace en el Rastro de toda la vida pero quisimos darle una vuelta al concepto.
Llevamos desde 2017 con un punto de vista jóven y rompedor. Aprendiendo y cambiando lo que nos rodea siempre respetando los valores tradicionales y castizos que nos han acompañado desde siempre.
Todos los Domingos estamos en nuestro puesto con amigos y familia, compartiendo cultura y vendiendo nuestra marca. Por nuestro puesto pasan multitud de artistas, modelos, fotógrafos y artistas de la cultura urbana, Doberman es un punto de intercambio, un símbolo de la cultura neo-castiza que ha ido modelando la identidad de la ciudad que nos vió crecer.